El pasaje bíblico que relata el encuentro del niño Jesús con los doctores de la ley en el templo, a la edad de 12 años, entraña muchas enseñanzas para todos los cristianos. Este pasaje, contenido en el 2º capítulo del evangelio de Lucas, destaca muchos valores cristianos: la obediencia, la fidelidad, la divina providencia, el conocimiento y la gracia dada por Dios, así como el sentido del orden y de las prioridades que debemos tener todo siervo del Señor. Seguidamente en este artículo veremos las profundidades de este relato.
Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? (Lucas 2:49)
Este versículo es la esencia de las enseñanzas de este pasaje. En toda esta historia de la infancia de Jesús podemos encontrar 4 valores o pilares básicos de la fe y de la vida de todo cristiano. A continuación se enumeran cada uno de ellos.
La obediencia es el cumplimiento estricto de las ordenanzas, estatutos, ceremonias y decretos establecidos por Dios para su pueblo. Eso lo podemos ver desde el primer versículo de este relato (Lucas 2:41) en el que se muestra a los padres María y José, y el niño Jesús asistiendo a una de las festividades solemnes o ceremonias ordenadas por Dios a la nación de Israel. Fue así como pusieron, en primer lugar, el cumplimiento de esta ordenanza ante cualquier impedimento o adversidad, antes que la larga travesía de varios días de camino.
El reconocimiento de que Dios es la autoridad suprema, de donde emana toda autoridad humana (paterno-familiar, organizacional, gubernamental, etc.)
Es necesario desobedecer o apartarnos de cualquier autoridad humana para someternos a la autoridad de Dios y a su voluntad divina.
Luego hay que someterse a las autoridades humanas "establecidas por Dios", que obran conforme a la voluntad divina, a los principios y fe cristianas.
La fidelidad del Señor y su amor es semejante al de los padres carnales del niño Jesús (María y José). Esta fidelidad y amor de Dios hacia sus hijos nunca los abandona.
El conocimiento y la obediencia a la Palabra de Dios es fuente de toda sabiduría, de valores y virtudes en el hombre.
El apego a la Palabra de Dios y la obediencia a ella, da al hombre gracia, causa de respeto y admiración entre sus semejantes, y de complacencia ante los ojos de Dios.
Dar prioridad a los asuntos de Dios y poner en primer lugar el reino de Dios y su justicia.
Predicar el evangelio en todo lugar, honrar a Dios con tus expresiones, conducta, comportamiento, en la casa, en el trabajo, en la escuela y todo lugar.
La prioridad es clave para saber decidir o tomar la decisión acertada en cada momento
Es serle fiel primeramente a Dios ante que a los hombres
Es crecer espiritualmente y tener sabiduría
Es no dejar de congregar y de permanecer en la casa de Dios
Es someterse a la providencia divina